lunes, 14 de junio de 2010

La humanidad vivió grandes hitos en su corta existencia. Testigo de un mundo que toma direcciones distintas de un momento a otro; en especial durante el últimos cien años donde no existió un sólo día sin una novedad, hayan sido descubrimientos en pos de la evolución o desastres de gente aburrida y sin culpa.
La llegada del hombre a la luna,  john waters, el accidente nuclear de Chernobyll, la caída del muro, la propagación del sida, el holocausto, mi nacimiento, las guerras mundiales, la unión sovietica y su posterior desintegración, la creación de la Microsoft Coporation por Bill Gates,  el acido lisérgico, E = mc2,  y tantos otros hechos que nos hacen los humanos que hoy somos. Pero hubo en particular uno que significó el antes y después para el mundo completo. Llegando al final del siglo veinte pudimos ver nacer y crecer al tarantinismo. Habrá gente necia que dirá que ese no es el gran momento, hasta dirán que no hizo nada por la humanidad en sí, pero ustedes saben que quien escribe cree en la magnitud de su persona más que en la del propio universo, entonces es correcto afirmar que si significó la bisagra más importante de mi vida, también lo fue para el resto.
Por el año 1991 éste super nerd llamado Quentin Tarantino era pobre y desconocido, casi todos conocen la historia que trabajaba en un Video Club al mismo tiempo que escribía, tenía tres guiones en su bolsillo juntando pelusas hasta que la suerte le cayó encima. Un productor con taraca leyó el guión de lo que sería una película minimalista, chiquita y por sobre todo barata. Ese mismo productor hace que el groso Harvey Keitel lo lea y se emocione, llevando a amiguitos igual de grosos a participar en ella. Resultado: Perros de la calle (Reserveir Dogs, 1992). Con el éxito de la película no le fue dificil vender sus otros dos guiones al instante. EScape Salvaje (True Romance, 1992) dirigida por Tony Scott y Asesinos por Naturaleza (Natural Born Killers, 1993) rescrita y dirigida por Oliver Stone (años después Tarantino diría que Stone destruyó su guión y que si por él fuese sacaría su nombre de los creditos. Una lástima, siendo una obra maestra de esa magnitud), se estrenan y hacen marca registrada más rápido que lo que un pedo de buzo tardar en llegar a la superficie. Un año después, ya sentado sobre sus gordas y seguras nalgas, se despacha con el Guernica de la cinematografía. Tiempos Violentos (Pulp Fiction, 1994) y se gana todos los laureles: La palma de oro en Cannes, el oscar al mejor guión y un séquito de fánaticos, seguidores y aduladores. Entre Tiempo Violentos y su siguiente película se tomó un descanso de tres años (a pala y polvo, pala y polvo), pero en el medio participó dirigiendo un segmento en la maravillosa y majestuosa película Cuatro Habitaciones (Four Rooms, 1995)donde el Quentin hace muestra de como la tiene tan clara con un plano secuencia larguisimo dentro de la suite presidencial, la secuencia es gloriosa. En ésta película participa también su amigote preferido, Robert Rodriguez, un maestro como pocos al cual ya le voy a dedicar un merecido divague. Junto a él escribiría y actuaría en la genial y super divertida película de vampiros inmigrantes, Del Crepusculo al Amanecer (From Dusk Till Dawn, 1996).

Jackie Brown (1997) llega al cine y varios adoradores se sintieron traicionados y decepcionados por el cambio, esta cuenta una historia no tan violenta, tiene una narración más clásica y relajada y la sangre no es tan abundante. Sin embargo, fue bien recibida por la crítica especializada, lo cual a nadie le importa realmente salvo a los pretenciosos críticos que quieren cobrar su cheque. Más allá de los dolores del fánatico triste, la película es una perfecta combinación de su toque mágico detrás de camara y las lineas de Elmore Leonard de quien copió los dialogos del libro casi iguales (otra razón del disgusto de sus fans, los diálogos tienen diferente estructura).
Terminada la década vendrían más obras maestras, pero me quedo con estos años para mantener una poca de coherencia en mis relatos. 
Con mi único amigo hicimos de Tarantino un dios de carne y hueso, él creía bastante en el otro de matería inorganica que vive en el cielo pero para mí era la primera vez que canalizaba las necesidades de una imagen poderosa y omnipresente en una figura tangible. Tener un dios nos hace pensar en como resolver los asuntos de la vida diaria, los católicos (u otros que usen a dios como referencia) hacen uso de las metáforas poco inspiradas para hacer de su persona un ser mejor (en teoría) como la otra mejilla o no acusar porqué te acusarán a tí. En cambio yo pensaba como manejar los asuntos de mi vida según lo que Tarantino haría, entonces no imaginaba otra manera que matando a tiros y/o torturando, pero siempre con el mejor estilo y elegancia. De las fantasias de antes ya casi no quedaban vestigios, el Super Héroe continúaba su camino pero en un mundo más real, más comprobable. Perdí interés en la posibilidad de superpoderes imposibles cuando descubrí que un cuchillo puede llevar al mismo resultado, y hasta hacerlo un poco más divertido.

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